¡UNA DE MÚSICA POR FAVOR!
Voy a empezar mi retal haciéndote una pregunta sin paños calientes:
¿Te hace feliz escuchar música?
¡Ei! te habías asustado ¿eh? creías que la pregunta iba por otros derroteros…
Bromas aparte, sé que la música nos gusta a tod@s y cada un@ de nosotr@s, a cada cual le gusta su estilo, pero música en definitivas. Y es que es normal que nos guste, fíjate, voy a hacer un rápido repaso de cómo nos enchufan la música ya desde antes incluso de nacer.
Cuando las mujeres estamos embarazadas y nos informamos sobre qué debemos hacer para que nuestro retoñito esté en buenas condiciones, además de una buena alimentación y algo de deporte, coincidirás conmigo en que escuchar música está muy recomendado. Y, nosotras como ya nos creemos las mejores madres del mundo, incluso antes de saber si quiera qué es eso de ser madre, pues a escuchar música como locas. Algunas incluso, según tengo entendido, ponen auriculares a sus barriguitas. Nos recomiendan principalmente música clásica, aunque yo cuando estuve embarazada, debo reconocer que seguí escuchando todo tipo de música, el rock y el heavy incluido, pues son estilos que me apasionan.
Al poco de nacer volvemos a escuchar música, la de los móviles. No, no la de los aparatos esos que manejamos a diario y de forma constante, no, de eso ya hablo en otro retal que te dejo aquí por si te apetece leerlo. Me refiero a esos móviles de juguete que cuelgan sobre las cabezas de los bebes y emiten músicas relajantes con un movimiento lento. Y en paralelo, madres y padres se aclaran las gargantas y cantan, cual jilgueros, nanas a sus hijos.
Los peques que van a la guarde continúan escuchando, bailando y aprendiendo canciones, son la base del aprendizaje. Con ellas, aprenden a decir los buenos días, los días de la semana, las vocales, y un largo etcétera. Si no que se lo digan a ‘Dàmaris Gelabert’ (una cantautora muy conocida en la actualidad, al menos en Cataluña), o al eterno grupo ‘Parchís’, que aunque hace unos mil años que ya no existe, todavía se sigue escuchando. O, para mi gran sorpresa, ‘Enrique y Ana’. Mi peque los ha escuchado en el cole, sí, si hace apenas unas semanas, increíble, ¿verdad? Imagínate como me puse cuando supe que los había escuchado para aprender los planetas. En seguida buscamos el vídeo de YouTube, y ‘viaje a la infancia que me metí pa mi body’.
Mientras, vamos creciendo, y seguimos escuchando música; en el coche, en casa, en el móvil, en la Tablet, o donde sea y cómo sea pero seguimos dándole a la música. Hoy en día tenemos mil APP que nos ofrecen oportunidades infinitas para escuchar la música que queramos en el momento que queramos. Esto que acabo de escribir, quizá a ti te parece una obviedad, pero que sepas que para algun@s, entre las que me encuentro yo, al principio nos pareció ciencia ficción, y es que pertenezco a la generación del boli Bic y la cinta casete (si no sabes de qué hablo busca en Google y ¡fliparás!).
Como todo, el mercado de la música también ha cambiado. Siguen existiendo los grupos musicales que hacen álbumes, pero hace unos años se creó un nuevo concepto: el del DJ, que crea ‘tema’ y a triunfar. Otros se conforman con ponerle un ‘chumba, chumba’ de fondo a una canción que tiene más años que yo… Y los chavales de hoy en día (bueno eso antes de la pandemia, claro) se ponen a bailar como posesos en la pista de la disco. No te ofendas si eres un@ de es@s chaval@s, hasta hace bien poco, aun sin ser una chavala, también lo hacía, es muy divertido y lo recomiendo encarecidamente.
Y para no crear una controversia innecesaria sobre este punto, desde ahora dejo claro que me gustan prácticamente todos los estilos de música. Será porque no me gustan las etiquetas que me definan así o asá… Cada día o cada momento me gusta o me apetece algo diferente sin más.
La música, además, tiene poderes terapéuticos. No voy a hablar de temas psicológicos, o psiquiátricos, así como tampoco de otras terapias más holísticas, si no de las emociones básicas del ser humano, esas que todos conocemos. Voy a utilizar el cuento infantil ‘El Monstruo de colores’ de Anna Llenas. Aquí, la autora nos muestra las emociones a través de un monstruo cuyos colores representan CINCO emociones básicas: ALEGRÍA – TRISTEZA – RABIA – CALMA – MIEDO. Pero el libro acaba con el monstruo de color rosa, simbolizando el AMOR.
Y a mí se me ha ocurrido empezar precisamente por el último, el del AMOR. Lo primero que se me ha venido a la cabeza dentro de las miles de formas que tiene el amor, pues es un sentimiento que abarca un todo, es el del enamoramiento.
Cuando nos enamoramos pasamos por una primera etapa, la más ‘chuli’, esa que hace que mientras andamos parece que nuestros pies no toquen el suelo, esa que hace que sintamos mariposillas en el estómago, en fin… tú ya me entiendes. Y, justo en esta primera etapa nos da por escuchar las canciones más románticas de la historia. Incluso en el heavy más duro, existen las baladas más tiernas. Voy a poner un ejemplo de música romántica atemporal para enamorados.
‘Your Song’ de Elton John
Curiosa y paradójicamente también tiramos de música romántica cuando el estado anímico que tenemos es el de la tristeza sobre todo si es debida a una ruptura amorosa. Es como mínimo masoquista, ¿no crees?, pero así somos a veces los seres humanos. Aquí se me ha ocurrido un ejemplo ochentero total y con letra en español que no es poco. ¿No te parece sorprendente que escuchemos música cuya letra no entendemos porque es un idioma que no dominamos y, sin embargo nos hace sentir tanto? Puede ser ruso que si tiene la melodía romanticona a tod@s nos llega.
‘Me cuesta tanto olvidarte’ de Mecano
Evidentemente la tristeza es un sentimiento que puede venir dado por otros motivos, y ahora en época de pandemia muchos más… Pero como mi intención cuando escribo retales es la de entretenerte y no la de ‘machacarte’, dejo ya la emoción de la tristeza.
Y doy paso la rabia. Otro sentimiento que tampoco gusta demasiado sentir o ver cómo otros lo sienten. Cuando estamos enfadados necesitamos desfogarnos. Lo primero, que creo, que todos hacemos es GRITAR. Muchas veces después de hacerlo nos sentimos frustrados porque lo único que seguramente hemos conseguido es dolor de garganta. A otros les da por romper cosas… Después de ese acto puedes sentir además la culpabilidad de haber roto algo que incluso podías necesitar. Leí una vez en algún sitio que si necesitabas golpear algo utilizaras la guía de teléfonos –ups! Creo que la última vez que vi una era de tamaño reducidísimo, con lo que ya no serviría para tal acción. Total que si lo que quieres es desfogarte sin dañarte ni dañar a nadie ni a nada, te propongo que pongas música a todo trapo y bailes o simplemente saltes hasta que la rabia se vaya desvaneciendo poco a poco. La siguiente canción puede ser una buena opción. Después de escucharla, y darle un poco de movimiento a tu cuerpo, seguro que esa rabia o bien se ha disipado como las burbujas de una bebida gaseosa, o al menos es más controlable.
‘Smells Like Teen Spirit’ de Nirvana
De aquí pasamos a la calma, al momento relax, o zen, o tranquilo… como te apetezca llamarlo. Ese que todos y cada uno de nosotros deberíamos sentir en algún momento de nuestros acelerados días de cada día. Mientras te das un buen baño con burbujas, puede sonar como música de fondo algo que te lleve a la calma absoluta. Como decía al principio de este retal, la música clásica está más que recomendada para estos momentos. Momento ‘pinto un cuadro’, momento ‘hago yoga’, momento ‘leo un libro’, momento… Pero no a todo el mundo le gusta la música clásica o simplemente al escucharla no le eleva a ese estado trascendental. En mi caso personal me ha costado mucho reconciliarme con la música clásica y es que en algún momento de mi infancia algo me pasó, seguramente alguna clase de música que no me gustó, e hizo que la música clásica me pusiera de los nervios. Y sin embargo, música como la que te voy a poner ahora me trasladaba al estado más tranqui de mi existencia.
‘Nothing Else Matters’ de Metallica
Y ahora le toca al miedo. ¡Esa emoción es muy chunga! Y, lamentablemente, no es exclusiva de cuando somos peques, de adultos también la sentimos; el miedo incluso puede convertirse en nuestro peor enemigo. Pero para quitarle hierro al asunto, porque insisto en la idea de que quiero entretenerte, te voy a explicar una anécdota de mi propia vida y es ésta:
Contaba yo con unos dieciocho/diecinueve años y era verano. Ya con aquellos años, e incluso antes, durante los veranos trabajaba en uno de los locutorios que Telefónica tenía por aquella época (la prehistoria, donde el móvil de llamar ni siquiera pertenecía a nuestra imaginación). Eran locutorios situados en la costa, donde los extranjeros o autóctonos que acudían a sus segundas residencias, necesitaban hablar con sus familiares o amigos y utilizaban aquellos locutorios para hacerlo. Eran las diez de la noche, la hora de cierre, y entre las colas que se formaban a última hora para llamar –por aquel entonces llamar a partir de las ocho de la tarde resultaba más económico- y hacer caja, me daban las tantas, y debía ir corriendo a la estación de tren de turno y coger el penúltimo o último tren del día para regresar a casa. Allí, en medio de la noche con la mochila cargadita de dinero de la caja del día, y esperando el tren, me encontraba yo con tan solo dieciocho o diecinueve años. Ahora lo pienso y ‘se me ponen los pelos como escarpias’, no sé si sería capaz porque me da MIEDO. Sin embargo, creo que antes todo era más seguro que ahora… Pues siguiendo con mi historia, allí me encontraba yo, con un libro de Stephen King en una mano y unos walkman en la otra, mientras leía terror y escuchaba música heavy . ¿No te parece siniestro? A mí ahora que lo pienso sí…
Y siguiendo con el hilo de mi historia te propongo esta canción:
‘Holy Diver’ de Dio
Por último nos queda mi emoción preferida: la alegría!!!!!
Para esta última, y sin más dilación porque tod@s conocemos esta emoción y, apostaría algo a que a tod@s nos gusta, voy a dedicar más de una canción, creo que se lo merece. Empiezo por canciones que por la razón que sea han triunfado en todas las pistas de baile, y en todas las listas de éxitos.
‘Gangnam style’ de PSY
‘Macarena’ de Los del Río
‘Ai Se Eu Te Pego’ de Michel Teló
Estas canciones no las he escogido precisamente porque me gusten, la verdad no me petan mucho. Pero no hago los retales pensando en mí, y si hay una mayoría que disfruta con ellas pues aquí que yo las pongo, faltaría más. Sin embargo, también quiero proponerte una canción que se llama como la propia emoción, la verás al final del retal.
Ésta sí que te aconsejo que la escuches y te dejes transportar hacia un mundo mágico donde todo es posible, y donde tú eres el protagonista de la historia que te apetezca imaginar.
Y hasta aquí mi retal de hoy, pero no me quiero despedir sin hacer una alusión a ‘Dreamevil’ pseudónimo que utiliza un viejo amigo de juventud. Gracias por tus aportaciones musicales, ellas me han hecho recordar.
‘Alegría’ del Cirque du soleil