A mi hermano
Hace días que solo escribo cartas de despedida.
Desde que decidí publicar mis escritos, he intentado hacer alegorías a la lucha, a la revolución, a la risa, a la alegría, a la música… Pero hoy, después de mucho pensar, he decidido escribir y publicar algo triste y desgarrador. Algo que sé que muchas personas han sufrido y sufrirán, algo que me gusta llamar: aceptación atragantada, expresión que me inventé un día en uno de mis escritos. Y es que hoy, hago pública mi pérdida.
Hace unos días, obvio fechas, una persona a la que quiero y admiro, un hermano, un amigo, nos dejó. Después de cinco años luchando contra un cáncer, su vida se apagó.
Dejadme que os cuente unas pocas cosas sobre él:
La primera y más importante: UN LUCHADOR. Cinco años de lucha contra una de las enfermedades más cabronas que existen hoy en día.
UN OPTIMISTA NATO. NUNCA tiró la toalla ni abandonó su sonrisa. SIEMPRE creyó que se pueden cambiar las cosas, que si piensas en positivo suceden cosas buenas.
UN SABIO: no dejó de aprender nunca. Viajó por el mundo conociendo a sus gentes y aprendiendo de todos y cada uno de ellos. Tuvo vivencias para rellenar mil libros. Y SIEMPRE, compartió su sabiduría con los demás. Era el ser más GENEROSO que he conocido.
UN ARTISTA. Desde pequeño pintó cuadros. Pero con la enfermedad, no se achantó, al contrario aprovechó ese tiempo para aprender nuevas técnicas y hacer verdaderas obras de arte. En paralelo, aprendió su asignatura pendiente: tocar el piano. Y hasta compuso una canción, es esta que está sonando (solo en audio).
Un hijo, un padre, un marido, un hermano… el mío.
No escribiré más sobre él, quienes hemos tenido la suerte de conocerlo sabemos quién era, y con las pinceladas que os he dado, vosotros os podéis hacer una idea. Era perfecto en su imperfección.
Se ha investigado mucho sobre la pérdida y se ha escrito más. El duelo, sus etapas… solo con teclear en google la palabra, aparecen mil enlaces sobre la misma. Pero dejadme que os cuente algo: hasta que no la sientes no sabes lo desgarradora que es. Hace relativamente poco escribí un pensamiento en el que aparecía una metáfora sobre ‘despeñarse por un monte’ y la aceptación de la caída como la posibilidad de un cambio que te hiciera feliz. Pues ahora la caída es ingrata, vacía, atrapa y engulle. Es un agujero negro que parece que nunca te va a dejar libre. Moja tus alas e imposibilita tu vuelo.
Al finalizar el verano me corté la melena para donarla a la asociación española contra el cáncer. Ya en ese momento sabía que el cáncer de mi hermano no tenía cura. Sentí rabia y dolor a partes iguales, pero no desistí en mi empeño de ayudar a otros/as que luchan contra esa enfermedad tan mala.
No me despido sin dar las GRACIAS:
- Al equipo de oncología que luchó con él desde el primer día.
- En especial, al equipo de PADES, por hacer más dulces sus últimos días.
- A su compañera, su esposa, por cuidarlo como lo ha hecho.
- A mis padres, el mayor ejemplo de VALENTÍA.
- A todos los que investigan por la cura contra el cáncer, y a los que ayudan a que dicha investigación se haga posible.
GRACIAS